sábado, 23 de noviembre de 2013

5. Qué bonito es el silencio! / (How wonderful is silence!)

(English below)

Pocas veces un accidente pudo haber sido más afortunado. Resignados por la decisión de los políticos de cerrar todos los parques nacionales y cuando ya habíamos perdido toda esperanza de que la cordura volviera a la tierra, decidimos que era hora de pasar página. Era otro día de vientos feroces que tanto nos han frecuentado este otoño. La carretera, en la milla 13, se estrechaba y la gravilla abundaba en su escaso arcén. Una ligera bajada y una ráfaga de viento lanzada por el enemigo hicieron el resto. Aitor caía al suelo y su cuerpo, alforja trasera y bicicleta resultaban dañados. Afortunadamente ningún daño fue grave pero nos obligó a reposar y lamernos las heridas. Dicha caída nos hizo volver a Moab donde nuestros amigos Judy y Marty nos recibían en su motorhome con los brazos abiertos. En la desgracia fuimos muy afortunados, como casi siempre suele ocurrir. Pero lo mejor estaba por llegar. Durante estos días que tuvimos que estar parados en Moab, el gobierno de Utah decidía reabrir los parques y Judy y Marty nos ofrecían visitarlos con ellos en su pick up. La suerte nos volvía a sonreir y pudimos disfrutar de lo mejor que ofrece Estados Unidos: sus parques nacionales.

domingo, 17 de noviembre de 2013

4. Leyendo el "Navajo Times"...

Entramos en la pequeña reserva Ute, poco después de Blanding, Utah. Paramos a comer en la gasolinera y observamos que somos los únicos blancos del lugar. Dos perros se acercan amistosamente con la esperanza de recibir un trozo de queso que no obtendrán. Entramos en la pequeña tienda y vemos algo que nos llama la atención. Venden el “Navajo Times”. 
No es un periódico gordo. No hablan de política internacional pero sí de todo aquello que afecta a los Navajos y nativos en general. Estamos a 17 de octubre y aún escuece la fatídica fecha del 12 de octubre cuando Cristóbal Colón “descubrió” América. No es un personaje muy querido entre los pueblos nativos de América… 

domingo, 3 de noviembre de 2013

3. The church of Jesus Christ of latter-day Saints. Los mormones

Habíamos subido más de 1000 metros de desnivel en más de 100 km aquel día de julio cuando llegamos a Columbia Icefields, Canadá. Estábamos en el parque nacional de Jasper y el sol había iniciado ya su lento y celebrado descenso. Era hora de buscar un refugio donde pasar la noche. Pero no tuvimos tiempo ni de ponernos a buscar. Los Widmer y los Spurlock se nos acercaron atraídos por las bicicletas. Nos habían visto subiendo las rampas más duras y nuestro ritmo a cámara lenta les debió enternecer. Está claro que sintieron una mezcla de pena y admiración que se tradujo en una propuesta imposible de rechazar. Con una amabilidad fuera de lo normal nos invitaron a meter nuestra tienda entre sus dos motorhomes, "protegidos de los rangers", y a compartir con ellos su cena. Cerveza no nos ofrecían por que eran "mormones", nos dijeron. Nosotros reímos, pensando que era un buen chiste pero luego entendimos. "Nuestras caravanas son aquellas que están en la esquina, las que tienen matrícula de Utah". No era una broma, eran mormones de verdad. A la hora del desayuno no nos ofrecieron café porque "los mormones no bebemos café". Nos dimos cuenta que no sabíamos absolutamente nada de su religión así que nos pusimos como objetivo leer y aprender sobre el mormonismo antes de llegar a Utah. Simpáticos, generosos, divertidos, devotos, felices, coherentes, estas dos familias mormonas destruyeron de un plumazo nuestros estúpidos prejuicios que la ignorancia provoca.